Las normas de reducción de gases de escape, implantadas por la Unión Europea, “Euro”, contemplan medidas cada vez más exigentes. Esta normativa que, en principio, sólo afectaba a los turismos con el Euro 1 (1993), se ha ampliado también a los camiones ligeros. Con la llegada del Euro 2 (1996), el Euro 3 (2000), Euro 4 (2005) y Euro 5 (2009), la normativa se ha ido endureciendo progresivamente.
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La urea es un compuesto químico que, inyectado a los gases de la combustión, transforma los óxidos nitrosos contaminantes en dióxido de nitrógeno, un gas fácilmente reducible en el catalizador del vehículo.
CUMPLIR CON LA NORMATIVA
Los fabricantes de vehículos pesados han optado por dos tipos de tecnologías para conseguir la adaptación a la normativa. Por un lado, la reducción catalítica selectiva (SCR) y, por otro, la recirculación de gases de escape (EGR).
Cada marca ha elegido una tecnología diferente. Mientras que Mercedes, Iveco, Volvo, Renault y DAF han escogido la tecnología SCR, otros como MAN y SCANIA se ha decantado por la EGR. Aunque de cara a afrontar futuras normativas, los fabricantes creen que lo mejor es apostar por una combinación de ambas tecnologías.
¿Qué es la tecnología SCR?
La reducción catalítica selectiva (SCR) es la disminución de las emisiones mediante un convertidor catalítico que forma parte del sistema de escape del vehículo. Esta requiere un suministro continuo de AdBlue, solución de urea al 32,5% de máxima calidad, como agente reductor que se carga en el vehículo en un depósito separado al del gasóleo.
El aditivo AdBlue se añade a los gases de escape y la mezcla obtenida se introduce en el catalizador SCR, que transforma los óxidos de nitrógeno en inofensivas moléculas de nitrógeno y agua. Esta tecnología hace innecesario el filtro de partículas, puesto que gran parte de éstas se eliminan durante la fase de combustión y las restantes se queman en el catalizador.
¿Qué es la tecnología ERG?
La EGR es una válvula que permite el paso de los gases quemados del escape a la admisión para disminuir la temperatura de la combustión, por lo que se reduce la emisión de óxidos de nitrógeno. La válvula se abre más o menos en función de las indicaciones que se programen en la unidad de control del motor, en las que se tienen en cuenta los parámetros de temperatura del motor, carga del acelerador y régimen.